Como muchos recordarán, la historia comienza con un policía, Alex, que está al borde de la muerte al explotarle un coche. De esta manera sólo queda una solución posible, que sea convertido en un cyborg para sobrevivir, y así poder convertirse en el gran policía que toda la ciudad de Detroit desea.
Una vez transformado en el nuevo ser, comienza su investigación para detener a la persona que urdió todos los planes en su contra y planeó el asesinato que ha provocado su cambio.
Quizá el argumento no se adapte tan bien como la versión antigua, y el traje nuevo sinceramente no impacta tanto como el de su precursor, pero aún así la película merece la pena.
Al principio la acción es casi nula, pero pasado un tiempo prudencial, en el que nuestro protagonista es convertido en robot y comienzan sus andaduras investigadoras, la película se carga de acción. Cabe destacar sin duda alguna la inclusión de Samuel L. Jackson, como presentador del noticiario, quizá para dar un poco más de impulso a la película.
Finalmente, el único punto que no me ha gustado ha sido el derroche de patriotismo que hay en determinadas partes de la película, los cuales están fuera de lugar. Pero si quitamos estos puntos negativos nos encontramos ante una película que ha sabido estar a la altura de las consecuencias.