La película comienza justo donde terminó la primera parte, pero no es necesario haber visto la primera parte, ya que esta es una película totalmente independiente, pero basada en la anterior.
Nada más comenzar nuestro protagonista, Flint, recibe la visita de su ídolo, un científico que inventó las mejores barritas energéticas del país. En este momento decide dar un trabajo a nuestro protagonista en su empresa y ayudar a sus amigos mientras la ciudad es limpiada a fondo.
Una vez en la empresa Flint ha de llevar a cabo una misión, ya que la isla donde vivían ha sido totalmente poseída por comida viviente, y su misión es acabar con la máquina que lo comenzó todo para que esta comida no ataque a otras ciudades.
Una vez en la isla se nos presentan un montón de personajes secundarios con forma de comida bastante graciosos, como la fresa o la tribu de los pepinillos a los que el padre de nuestro protagonista adopta como hijos y enseña a pescar.
Finalmente nos daremos cuenta de las verdaderas intenciones del malvado científico y de como Flint y sus amigos tratan de ponerlas fin.
Entre los actores de doblaje encontramos a Carmen Machi haciendo de simia y a Flippy haciendo de Flint. Este último sinceramente podría haber sido sustituido por otro actor, ya que no me gusta mucho su doblaje, pero no quiero decir que lo haga mal, es solo mi opinión personal.
Por todo esto si no tienen nada que hacer esta semana y deciden pasar una tarde de cine con sus hijos, esta película hará las delicias de los más pequeños. Pero como siempre es recomendable en caso de que se haya visto Frozen y se quiera repetir en el cine.
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